Jefes que lideran. Líderes que dirigen

Jefes que lideran. Líderes que dirigen

Hace ya tiempo que las organizaciones van poco a poco abandonando aquellas estructuras jerárquicas absolutamente verticales para evolucionar hacia organismos con distribuciones del poder horizontales e incluso transversales. En esta nueva configuración empresarial ya no tienen cabida las direcciones férreas basadas en un poder casi ilimitado frente a que no se podía interponer recurso alguno o plantear preguntas.

Seguramente, en esta sociedad transformada, ninguna de las dos figuras por sí solas se ajusten a lo que hoy necesitan las empresas. Los extremos nunca son buenos por lo que una dirección férrea y autoritaria llevaría el barco hacia las rocas, un liderazgo sin objetivos tangibles jamás llegaría a puerto. Por tanto, y dado que la falta absoluta de dirección tampoco es una opción, las empresas necesitan que sus jefes adquieran las habilidades del liderazgo y sus líderes se capaciten para dirigir, alcanzando lo que podríamos llamar jefes que lideran o líderes que dirigen.

Definamos primero cuál es el rol que ejerce cada una de las dos figuras: la función del jefe es operativa, debe tomar decisiones que encaminen a la organización a la consecución de sus objetivos; la función de un líder es inspirar y motivar, trata de conseguir que cada uno desarrolle su mejor versión y se asegura de que todos avancen en una misma dirección.

Líder y jefe tienen en común que ambos quieren conseguir lo mejor para la organización, para lo que buscan conectar personas y objetivos, mantienen conversaciones productivas con cada uno de los miembros de los equipos y les apoyan y asesoran para que puedan desarrollar su potencial. Por tanto, comparten el doble objetivo de ayudar al progreso de sus equipos para alcanzar el éxito empresarial.

Existen diversas funciones que cada una de las figuras, jefes y líderes, deben aprender de la otra para progresar hasta poder ejercer la doble función. El jefe utiliza el privilegio de la autoridad que tiene concedida para tomar decisiones e imponer su criterio, mientras que el líder estimula al grupo mediante el compromiso y el ejemplo. Siendo ambas válidas, no siempre son la mejor elección en determinados momentos. Existirán ocasiones en que deba existir una instrucción clara y precisa, mientras que en otras será la motivación la que lleve hasta el éxito. Es decir, en unos momentos habrá que imponer, en otros será mucho más efectivo convencer.

Por regla general, el rol del jefe encuentra su terreno natural en organizaciones más técnicas, con protocolos y métodos determinados, mientras que el líder lo hace en organizaciones menos rígidas y más creativas. En esta última faceta, la del fomento de la creatividad, es donde el liderazgo protagoniza una función primordial al potenciar el desarrollo de las habilidades blandas en sus colaboradores.

Las diferencias tienen también su reflejo en el lenguaje ya que será necesario transitar desde la segunda persona, tanto singular como plural, “haz” “haced” “hagan”, hacía la primera persona del plural “hagamos”. Este “hagamos” provoca además cercanía entre las personas que conforman el equipo que, salvo en contadas ocasiones, acaba por producir un interés sincero por los compañeros, más allá de la actividad meramente profesional. No es necesario crear lazos casi familiares, pero reducir las distancias en las relaciones eliminando el imperativo, conduce a crear un ambiente de confianza por el que se transita con mayor eficacia, al tiempo que se reducen los conflictos y se aumenta la colaboración.

No se trata de construir mandos en los que confluya un 50 % de líder y un 50 % de jefe ya que, dependiendo del tipo de organización y del momento por el que se atraviese, estos porcentajes se acrecentarán o disminuirán para adaptarse a las necesidades que demande cada situación. Lo que sí queda claro es que contar con personas que sepan fusionar las responsabilidades de un jefe efectivo con la visión, empatía, inteligencia y capacidad de motivar a la gente que posee un buen líder, el rendimiento de la organización y, por tanto, su éxito, estará mucho más cercano.

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